miércoles, 23 de abril de 2014

MI FALDA BOMBÓN

¡Hola amig@s costurizad@s!

Entre post y post colaborativo quiero hablaros de una falda que me hice este invierno.


Resulta que viendo la tele una noche me fijé en la falda que llevaba una famosa colaboradora, muy mona ella y de las que siempre va a la última. Era de vuelo y la tela iba recogida en unas tablas que, al ser de un tejido grueso y con mucho cuerpo, iban abiertas dándole a la falda una forma abombada, ya sabéis, la típica falda bombón. Imaginaros: de largo era cortita, la llevaba con medias tupidas, tacones,... ¡Me gustó muchísimo!

Al poco tiempo, sin comerlo ni beberlo, cayó en mis manos una tela que nada más tocarla hizo que me acordara de esa falda.


Su tacto se parecía, salvando las distancias, al de las telas que se utilizan para hacer las faldas de trajes regionales como el de fallera o el de "bellea" alicantina, el de la "meua terreta" y que conozco muy bien. Por supuesto que la compré y únicamente me quedé a la espera de encontrar el patrón adecuado.

Y como no, ojeando nuestra idolatrada revista Burda di con él.


Fue en la del mes de diciembre del año pasado (12/2013) donde se publicó como modelo número 130 un original y elegante vestido de gala del dúo de diseñadores Talbot Runhof.


Lo que me llamó la atención fueron los profundos pliegues encontrados que tenía en la cintura, que eran como una especie de tablas a la inversa ya que éstas quedaban por dentro.


Teniendo en cuenta que mi tela era bastante tiesa, era lo que necesitaba para conseguir esa forma abombada que vi por televisión y, rápidamente, me puse manos a la obra.

Lo primero que hice fue sacar el patrón calcando sólo la parte correspondiente a la falda, es decir, desde la cintura hasta el largo deseado.


Después lo pasé a la tela con jaboncillo para posteriormente coserlo siguiendo los pasos que explicaba la revista, con dos excepciones: la parte trasera la hice en una sola pieza (en el patrón original eran dos piezas unidas por una costura en el centro) y no le puse bolsillos. Finalicé colocando una cremallera invisible en un lateral y ribeteando la cinturilla con una cinta al bies de raso de color negro, por darle un toque.


¡Y listo! Por fin tenía ya mi falda bombón, aquella que vi por la tele. ¡Pues no iba yo contenta el día que la estrené!


De no haber tenido esta afición de la costura seguramente, a día de hoy, no la hubiera conseguido. Resulta difícil encontrar en una tienda la misma prenda que has visto en algún sitio. ¿Verdad que todas estas cosas os animan a crearos vosotr@s mism@s la ropa?

¡Hasta pronto!


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